Quienes
somos
Donde todo puede pasar, y sucede.
Patrimonio cultural de Baja California, corazón gastronómico y cultural del desierto cachanilla, donde convergen generaciones y se entrelazan historias. Ubicado en un edificio histórico construido en 1946, que originalmente fue el primer cine refrigerado en Mexicali, hoy en día seguimos proyectando películas todos los días y ofreciendo una experiencia gastronómica única.
Los Origenes: Cine Curto
En el vibrante núcleo de Mexicali, la Zona Centro ha sido desde siempre un crisol de vida y actividad. Este emblemático barrio ha albergado no solo a comerciantes, sino también a una rica variedad de historias que han dado forma al espíritu de la ciudad. Desde el bullicio de los mercados y la calidez de los restaurantes, hasta la risa contagiosa de los bares, la Zona Centro se ha convertido en el escenario de sueños y encuentros memorables.
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En los años 40, Mexicali era una mezcla de culturas, donde las influencias de México, Estados Unidos, China y Japón se entrelazaban en una vibrante mezcla cultural. La proximidad a la frontera y la migración constante dieron lugar a una amalgama de experiencias que enriquecieron la vida local, dando origen a los primeros cines que proyectaban historias en celuloide.
Fue en este contexto de efervescencia cultural que Adolfo Curto, un visionario empresario español, dejó su marca en la historia. En 1946, tras varios años de construcción y desafíos por la escasez de materiales, el Cine Curto abrió sus puertas en la Avenida Reforma. Este icónico edificio no solo se convirtió en el epicentro de la vida cinematográfica en Baja California, sino que también se consolidó como un lugar de encuentros sociales y culturales, albergando emocionantes proyecciones y eventos de gran relevancia.​
La epoca de Oro
El 15 de agosto de 1946, el Cine Curto inauguró su majestuosa pantalla, marcando el inicio de una nueva era en la industria del cine y una nueva etapa en la ciudad de Mexicali al ser el primer edificio completamente refrigerado. Con la participación de Adolfo Curto y su socio Heliodoro, el cine vivió una época dorada, proyectando las películas más destacadas de su tiempo y recibiendo a figuras icónicas como Pedro Infante. Su legado perduró como un símbolo de la cinematografía en la región.
Desde su inauguración, se convirtió en el epicentro del cine, proyectando las grandes películas de la época de oro y recibiendo a artistas icónicos, como el inolvidable Pedro Infante.
¡Qué privilegio haber sido testigos de esos momentos inolvidables en la historia del cine!
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Sin embargo, como muchas cosas en la vida, el Cine Curto cerró sus puertas en los años 90 y el edificio fue rentado en diferentes modalidades, pasando a ser un cine erotico a un templo cristiano y después a rentarse esporádicamente para eventos y fiestas hasta que quedó abandonado durante años. ​
La decadencia
La rehabilitación
En 2019, Susana Moreno, una emprendedora visionaria, decidió reactivar este histórico edificio con una idea inspirada en los mercados gastronómicos de San Diego, California. Movida por su pasión por el arte y la gastronomía, Susana transformó el antiguo Cine Curto en lo que hoy conocemos como Mercado Cine Curto. Este espacio celebra la creatividad y la cultura en todas sus formas, ofreciendo una amplia variedad de delicias culinarias proporcionadas por emprendedores locales, conocidos como cachanillas, que encuentran en este mercado un escenario para compartir su pasión y deleitar a todos nuestros visitantes.
Hoy en día, en el Mercado Cine Curto puedes disfrutar de una amplia variedad de delicias culinarias ofrecidas por emprendedores cachanillas, que han encontrado aquí un espacio para compartir su pasión por la gastronomía y deleitar a todos nuestros visitantes.